Si queremos fomentar la responsabilidad y el compromiso en los estudiantes, el huerto escolar es una excelente iniciativa. ¿Y para qué sirve un huerto escolar?
A través de este proyecto, es posible que los alumnos desarrollen disciplinas y competencias diversas, gracias a que podemos despertar su curiosidad e interés por aprender nuevos conceptos y habilidades de una manera dinámica.
Ciertamente, las escuelas rurales tienen la ventaja de poseer terrenos en su alrededor donde se pueden crear huertos escolares.
En cambio, las escuelas urbanas por lo general no cuentan con la infraestructura ni el espacio suficiente. No obstante, existen formas de hacer huertos escolares maravillosos con la ayuda de los estudiantes.
Para ello, aquí presentaremos los principales beneficios de tener un huerto escolar y cómo crear uno dentro la institución.
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Para qué sirve un huerto escolar
Los huertos escolares representan un gran recurso didáctico, a través del cual podemos promover el aprendizaje integral de los estudiantes, por lo que muchas escuelas lo han implementado.
Al construir un huerto escolar, los alumnos tienen la oportunidad de aprender todo el proceso de siembra y cosecha de verduras y frutas, desde que son plantadas hasta que llegan servidas a la mesa.
Qué se necesita para hacer un huerto escolar
Las siguientes son las herramientas que necesitamos para hacer un huerto escolar, con sus respectivas funciones:
- Rastrillo: Nos permite remover la tierra, alisar el suelo y recoger las hojas secas.
- Azada: Ideal para cavar y levantar surcos.
- Mangueras: Funcionan para regar.
- Pala: Sirve para remover la tierra.
- Carretilla: Con ella transportamos arena, piedras, abono, tierra y escombros.
- Guantes de jardinería: Sirven de protección para trabajar con las herramientas.
Además, cada una de estas herramientas requiere de una buena limpieza después de ser usadas, con el fin de mantenerlas en buen estado y prolongar su vida útil.
Cómo se hace un huerto escolar
Lo primero que debemos hacer al crear un huerto escolar es elegir el lugar adecuado, con buena ventilación, suficiente luz y acceso al riego.
Además, es necesario tomar en cuenta la temperatura y clima de la zona, humedad, aireación, entre otros aspectos.
Recomendamos que el huerto escolar esté retirado de árboles que le quiten la luz y nutrientes del suelo.
Después debemos seleccionar las semillas correctamente, de acuerdo al tipo de suelo de la zona. También debemos estar atentos al calendario de siembra que nos ayuda a conocer lo que podemos cultivar en cada temporada.
Es importante plantar diferentes tipos de cultivos de forma conjunta. Así todos se beneficiarán al captar nutrientes y controlar plagas.
No olvidemos disponer de una toma de agua para regar la siembra. De acuerdo al tipo de huerto, que para este caso es escolar, existen horarios, cantidad de agua y frecuencia de riego.
Beneficios del huerto escolar
- Permite a los alumnos aprender con la práctica, probar y experimentar.
- Promueve conciencia al favor del medio ambiente para cuidarlo y respetarlo, compartiendo medidas que podemos adoptar para reducir la contaminación.
- Impulsa valores como el compañerismo, compromiso, responsabilidad y paciencia.
- Potencia el trabajo colaborativo al compartir tareas que pueden rotarse. Los alumnos podrán obtener autonomía para organizarse y asumir la responsabilidad.
- Otorga la posibilidad de conocer los productos autóctonos de la zona e identificarlos de acuerdo a la temporada.
- Favorece la sana alimentación. Además permite el contacto con familiares o amigos que se dedican a la siembra, para compartir conocimientos y experiencias.